El solitario tanto de Kroos valió los tres puntos para el Madrid pero reflejó la falta de pegada de sus puntas, especialmente Hazard y Benzema. Fallaron demasiado, pese a las facilidades del Galatasaray, que acabó creyendo en el empate. Ganaron los blancos que se colocan segundos. Un camión de oxígeno para el equipo. Y para su entrenador.
Quiso disimular el Real Madrid su momento delicado saliendo a presionar a campo contrario. Con la sorpresa de Rodrygo en el extremo derecho, el brasileño sirvió el primer balón al área que Hazard no conectó con eficacia. Zidane calcó el centro del campo del Granada con la esperanza de no conceder espacio y casi lo logra.
Las veces que cedió espacio apareció Courtois. Si, aunque no lo crea, el arquero belga tuvo su mejor noche desde que viste de blanco. Acudió al rescate del Madrid en cinco minutos terribles en defensa. Perdió Varane la marca de Andone y este se plantó solo ante el belga. Pudo avanzar, pero cruzó el tiro y Courtois respondió felino. Casi sin respiro, una falta lateral desde la medular encontró otra vez solo a Andone, que empaló de primeras, buscando el palo. Voló Thibaut y sujetó a su equipo, que al fin respondió.
En una acción por izquierda Hazard pivotó con Benzema, éste sirvió con clase al belga y su centro atrás a Kroos acabó en la red. El Madrid fue muy superior, al menos la mitad del partido. Hazard tuvo su gol, pero lo estrelló en el palo cuando ya se había librado de Muslera.
Pese a la superioridad manifiesta del Madrid seguía 0-1 cuando debía ir 0-4. Y el temor de que en un tiro desviado tocara en el trasero de alguien y despistara a Courtois. Además, el PSG ganaba con autoridad y servía el segundo puesto en bandeja a los blancos. Pero si el Madrid no sufre no cuenta la victoria y así lo hizo hasta el último segundo en el infierno de Estambul.