Brasil 2014 dejó heridas profundas, 2018 no las pudo sanar. Este es el momento.
Con la llegada de Tité, la Canarinha, más que títulos, busca renacer. Volver a ser aquella selección que realmente atemorizaba al rival. Esos tiempos donde eran candidatos a todo.
De a poco, la progresión les permite dar pasos firmes en pro a tal objetivo.
Hace cinco años, por ejemplo, los problemas de Brasil con los delanteros eran críticos. Fred y Jo eran las opciones. Sí, Fred y Jo…
Hoy en día, todo ha cambiado. Y para bien, por suerte.
La última convocatoria deja nombres como Roberto Firmino y Gabriel Jesús, delanteros del Liverpool y Manchester City, respectivamente, los mejores equipos actualmente en Inglaterra.
Por otro lado, Richarlison y Vinicius Júnior. Este último con 18 años y apoderado de la banda izquierda del Real Madrid.
No solo solventaron el problema, podríamos decir. Se volvieron amenazantes, otra vez.
Tal como en la delantera, cada línea mejoró notablemente. En la zona de volantes, además de los ya conocidos, Arthur ha dejado destellos en su primera temporada en el Barça.
Y siguen apareciendo talentos llamados a pelear un puesto, como Thiago Mendes.
En defensa, la generación actual es solvente. Está repleta de figuras experimentadas en los equipos más importantes de Europa.
Incluso Sarri recuperó a David Luiz… O lo intentó.
A ellos se suma la actual sensación del Oporto, Eder Militao. Como central (y a veces de lateral) muestra cosas muy interesantes. Es un central moderno y será útil en unos años.
Años en los que podría vestir de blanco, o de blaugrana.
Para solidificar el proceso, un entrenador comprometido y capaz de grandes cosas: Tité, con quien comienza la historia y con quien se plantean grandes objetivos.
Tuvo tiempo y copas para trabajar. Ahora vienen los resultados de ese trabajo.
La misión “Volver a ser Brasil” está más viva que nunca. ¡Atentos!