El Barcelona lleva llorando ante las cámaras y redes sociales desde que volvió el fútbol, primero Piqué, luego Vidal, el mismo Setién y el más grave de todos el presidente Bartomeu han seguido la misma línea de lloriqueos y quejas con el arbitraje, especialmente con el VAR.
Tanto es así, que el propio Zinedine Zidane ya hizo mención a ello en la rueda de prensa posterior al partido ante el Athletic. Habló de cansancio dentro de la habitual diplomacia del técnico, en una muestra del sentir de la entidad madridista.
El vestuario, los jugadores y hasta los dirigentes del club están intentando mantener la calma, morderse la lengua ante lo que consideran mensajes dirigidos, pero también perciben la respuesta positiva de algunos como Imanol Alguacil o Garitano, casualmente entrenadores de Real Sociedad y Athletic, equipos batidos por el Real Madrid en esta ‘tercera’ vuelta del campeonato y que han reconocido el trabajo bien hecho del equipo dirigido por Zinedine Zidane.
Llama la atención que algunos jugadores de otros equipos se indignen en aciertos del VAR a la hora de criticar y que incluso hagan referencia a presumibles errores ignorando el reglamento y los motivos por los que los árbitros toman las decisiones.
Desde el club blanco se señala un intento de desprestigiar lo hecho por el equipo y el convencimiento que están mostrando los jugadores en lograr algo en unas circunstancias extremas y después de una rebaja salarial y un adiós a las premios por los éxitos deportivos.
Los jugadores hablan de envidia pura y dura ante lo que apunta a la segunda Liga con Zidane en el banquillo. Sergio Ramos lo recordó al poco de terminar el partido. “La Liga ni la vamos a ganar ni la vamos a perder por los árbitros. No hay que darle mérito a los árbitros porque estemos primeros. No han hecho nada determinante”.