Una misma situación puede generar miles de reacciones. Como pasó en el Valencia – Betis.
La misma noche representaba una gran oportunidad para ambos gigantes dormidos de España, volver a disputar una final. Y no, no son gigantes solo aquellos que ganan títulos.
El Betis es uno de ellos y su historia no está plagada de copas.
Aunque las noches de Joaquín si lo están, pero esa es otra historia.
Claramente, ambos no podían cumplir el objetivo. Aunque despedirse en semifinales era lo peor… Y el Betis lo confirmó.
No obstante, es aún más lamentable para ellos. La final de la Copa del Rey se jugará en el Benito Villamarín. Era una oportunidad perfecta, pero ustedes ya saben cómo es el fútbol.
El Valencia, por otro lado, logró una final esta temporada. Algo inesperada, se podría decir. El equipo de Marcelino convencía más la temporada pasada que esta, pero el trabajo lo ha llevado a medirse al Barcelona el próximo 25 de mayo.
¿Qué pasará? Bueno, ya todos sabemos. Lo importante es divertirse… Sí, claro.
Para el Valencia será una noche para el recuerdo, más allá de lo que pase en unos meses. El objetivo mayor aún no se ha logrado, pero alcanzar una final da credibilidad al trabajo de todo el cuerpo técnico.
Su plantilla es buena, tienen figuras de selección y exportación, posee un entrenador experimentado. Hay un buen proyecto detrás.
Y de él solo deberíamos esperar que se siga desarrollando, antes de empezar a competir.
Los verdiblancos sufrieron un partido para el olvido. Tácticamente, muy correcto, aunque fue un claro error que les arrebató las posibilidades de darle una alegría enorme a su gente.
Aquí también hay un proyecto, aquí también habrá resultados.
Tal vez, incluso más rápido que el equipo ché.
Pero, por ahora, son otros lo que celebran… Pese a que sabemos que muy pronto ambos lo harán.
¡Nuestras felicitaciones al Valencia CF!