Porque no podía ser de otra manera.
Una de nuestras ligas favoritas, la Bundesliga alemana, es de las competiciones más crueles en la élite europea. Logran ilusionar cada temporada, para luego acabar rompiendo el corazón a los fanáticos con el mismo ganador de siempre.
Y sí, eso es extremadamente cruel.
Esta temporada hay altas probabilidades de que suceda lo mismo: acabemos decepcionado, los fanáticos del Borussia Dortmund enloquezcan y el Bayern Múnich levante el plato al final de la temporada.
Es como una historia que ves y, aunque ya sabes el final, te mantiene allí hasta presenciarlo nuevamente. No obstante, mantienes una remota posibilidad de que este cambie.
Casi imposible, es cierto. Pero tú estás allí.
Por tramos, esta campaña amagó con un final distinto, un final feliz. El Borussia Dortmund de Lucien Favre lucía arrollador, ganaba partidos, su clásico rival se caía a pedazos y solo una debacle inesperada podía arrebatarles el título.
Ya ustedes saben qué pasó… O qué está pasando, mejor. Esto es en tiempo real.
En la liga del mejor Dortmund en mucho tiempo, y el Bayern más erróneo que nunca, la diferencia ha pasado a ser de tan solo tres puntos en el momento más crucial de la temporada, febrero.
A su vez, los de amarillo con negro han logrado complicarse en otras competiciones.
Aunque pensándolo bien, este final si pudiese ser distinto a los demás. Quizá sea más cruel a lo que ya estamos acostumbrados.
Perder la Pokal y tener pie y medio fuera de la Champions no era suficiente. Los de Favre necesitaban aún más.
¿Resultado? Derrotas y empates en la liga. Partidos resueltos, ventajas de tres goles, visitas a los colistas.
De un momento a otro, todo cambió en Alemania.
Sigue el mismo líder, pero muestra sus peores falencias a pocos días de llegar las elecciones.
Ay, Dortmund, otra vez tú…