El curioso caso de Alejandro Marqués no deja de sonar en España, Venezuela y el mundo.
Marqués es un futbolista venezolano de 18 años, milita en el Juvenil A del FC Barcelona, aunque algunas veces alterna con el equipo B y ha entrenado con el primer equipo de la institución culé.
¿Lo más interesante del caso? Aún quiere jugar para la selección Vinotinto.
Pero no ha podido… Han escrito un montón de capítulos (algunos bastante ridículos) de la historia, pero no han conseguido el objetivo.
Rafael Dudamel, actual técnico de Venezuela Sub-20 -y erróneamente también del equipo mayor, grabó un video exponiéndolo tras rechazar una invitación a un cuadrangular amistoso en Paraguay.
Esto desencadenó todo tipo de reacciones. Y solo alejó al goleador.
El padre de Alejandro, por su parte, ha manifestado su deseo por mantener al futbolista fuera de Venezuela. Para él, que su hijo entre al país es sinónimo de peligro. Y es completamente justificable.
Sin embargo, han existido convocatorias fuera del país y tampoco ha asistido.
Ninguna de las partes actúa del todo bien, claramente. Ni su padre, ni la selección.
¿Principal afectado? El jugador.
Tampoco se queda atrás una selección menor que no se puede permitir dejar escapar estos talentos. Menos cuando el mismo se relaciona con España. Un país que por egoísmo no presenta problemas en hacerlos debutar.
Pasan los días y la situación se pone tensa.
Nadie sabe que pasará, pero los roces constantes no dejan muy clara una posible convocatoria del jugador.
Y sí, hasta en este ámbito está fallando Venezuela. Aunque no es extraño, el fútbol siempre es resultado de la sociedad en la que se desarrolla.
Por eso el fútbol sudamericano es así. Por esto estamos escribiendo esta nota, mientras que la Vinotinto se aleja de un talento europeo.
Al final del día, cada quién encuentra su manera de arruinar todo.