Thiago Almada es la sensación de la Superliga Argentina.
Jugando en el divertido Vélez Sarsfield de Gabriel Heinze (ahora de Mauricio Pellegrino), este futbolista argentino nacido en el 2001 logró asombrar a todo el panorama del fútbol en poco tiempo. Es un jugador ofensivo y muy volátil, pudiendo jugar (y dominar) en diversas posiciones.
Ha sido utilizado como volante creativo, extremo e incluso falso 9, con resultados interesantes en todas esas demarcaciones.
Además, hay una fuerte carga emotiva del hincha argentino con su juego, pues representa al talento de antaño en el país albiceleste; es decir, la pausa, la gambeta y el potrero.
¿Cómo juega Thiago Almada?
Es un jugador ligero con un centro de gravedad bajo. A partir de allí, es un futbolista ágil y rápido, aunque destaca más su aceleración que su velocidad sostenida. Y su contextura le permite sacar una cantidad de faltas considerables al borde del área.
Pero lo más destacado de Thiago Almada, sin duda, es su técnica.
Completa múltiples dribles por partido. Y dribles inteligentes, que tienen un porqué. Supera rivales con una esteticidad que llena los ojos, pero también tiene una gran influencia colectiva cuando lo hace.
No obstante, al menos Heinze, potenció esos criterios mediante sus ubicaciones. Salvo cuando era utilizado de extremo por la banda, donde debía fijar como función principal, a Thiago se le otorgaba libertad total.
El jugador se estimulaba a partir de la movilidad y activación de espacios libres.
En un equipo muy vertical que priorizaba la ocupación, activación y consecución de espacios, los criterios técnico-tácticos de Almada destacaban especialmente.
Es un futbolista que también posee remate de media distancia y una interesante capacidad asociativa, donde si bien destaca por la técnica de golpeo, es más llamativo por su visión.
Y, claro… Thiago Almada ya ha sido tanteado por los grandes europeos.
Manchester City y Atlético de Madrid son los dos clubes más interesados en sus servicios, aunque para esta clase de jugadores incluso puede llegar a ser mejor opción quedarse uno o dos años más en Argentina desarrollando su talento.
Pero hay trenes que solo pasan una vez.