Con la plaga de lesiones que afectan la plantilla blanca, Solari hizo lo que un entrenador blanco hacia tiempo no hacía, cambio el 4,3,3 por un 3,5,2. Alineó tres centrales y dos pivotes para protegerse en defensa y salir a la contra. Un método tan válido como la posesión y el ataque continuo que propone el Betis, y que le penaliza por no ser contundente.
Solari fue valiente en el once, sin Marcelo e Isco, y también con los cambios, poniendo a jugadores por su momento de forma y no por su nombre, supliendo a Benzema y su dedo fracturado por el único delantero disponible en la lista, aunque fuera un chico del Castilla, cambiando a defensa de cuatro tras el 1-1.
Ni Isco ni Marcelo jugaron un minuto en un Madrid que acabó con un jugador de 19 años y otro de 18 ganando un partido. Que el brasileño y el malagueño no jugaran ni un minuto, en un equipo con ocho bajas que dará de que hablar, pero también que Solari, con dos huevos, mandó una legión de chavales a conquistar el Villamarín y lo lograron.
El primer gol blanco fue obra del planteamiento inicial e hizo recordar al Madrid tricampeón de Champions. El Betis jugando a lo suyo y el Madrid capitalizando temprano luego de una gran jugada entre Benzema y Carvajal que sería tapado por Bartra y Modric colocando en la escuadra el rechace de zurda abriendo el marcador para el equipo blanco. Un buen tanto de fabricación y ejecución. El 1-1 del Betis llegó premio a la insistencia y el talento de 2 zurdos. Lo Celso filtro un balón para Canales y este definió por el único espacio que dejo Navas.
El 1 a 1 que llamaba a Isco al campo, pero Solari prefirió a Brahim y Ceballos. Este ultimo daría la victoria tras un tiro libre con más astucia que otra cosa. 3 puntos importantes que reafirman a Solari en su puesto y le dan confianza para sentar a los grandes nombres y poner a los chicos de gran momento.