Cuando Solari toma una decisión sobre el once inicial, la cosa mejora, se equilibra. Si toma dos, mejora más. Si toma tres (lo vino a confesar él en rueda de prensa) se revoluciona. El sacrificado del indiecito fue Isco que tuvo que ver el partido desde la grada, el voto de confianza para Llorente que asumió el papel de Casemiro de la mejor manera, jugó bien e hizo jugar mejor a sus compañeros. Y Lucas Vázquez que se ha convertido en el bombero predilecto de los últimos años en el Madrid, agregando equilibrio, simetría y un mínimo de revoluciones.
El juego contra la Roma tuvo una primera parte floja del Real Madrid, incluso pudo irse al descanso perdiendo luego de que la Roma no pudiera hacer el gol en 2 oportunidades. La primera Courtois se hizo gigante ante Schick y la segunda Schick le robó la pelota a Carvajal, metió Zaniolo el pase de gol y Ünder, en área chica y sin oposición, remató arriba. Increíble. Era más fácil hacerlo que fallarlo.
En el segundo tiempo todo cambio con el gol del Real Madrid. Un despeje en globo de Olsen se frenó por el viento, Fazio cabeceó atrás y habilitó a Bale, que remató con temple junto al palo. El galés creció y con él todo el equipo, mientras la Roma bajaba los brazos.
El segundo gol fue una muy buena jugada colectiva. Recuperó Modric, descargó a Bale que colgó al segundo palo y Benzema depositó en el pie de Lucas Vázquez para darle cifras definitivas al encuentro.
Con la victoria el Real Madrid se clasifica a los octavos de final como primeros de grupo con 12 puntos y la Roma segundos con 9 puntos, mientras el Viktoria Plzeň y CSKA Moscú disputaran en la última fecha quien se clasifica a la Europa League.