El centrocampista holandés Sneijder se confiesa en su autobiografía, llena de alcohol y excesos que saldrá publicada este viernes en Holanda, y de la cual se ha conocido un adelanto donde deja claro que no se comportó de manera muy profesional en su etapa en el Real Madrid.
Sneijder confiesa en su autobiografía cómo fue su vida en la capital española siendo tan joven: “Era joven y me gustaba el éxito y ser el centro de atención. Pero las cosas salieron mal allí. No había drogas, pero sí alcohol… Me acostumbré a vivir como una estrella. Eres adorado como jugador del Real Madrid e iba por la calle gastando miles de euros y pagando cosas a la gente. No puedo decir que me privará de nada. Jugué bastante bien, pero dijeron que podría haberlo hecho aún mejor…”.
En su período el holandés se divorció y encontró un nuevo mejor amigo que le hizo mucho daño. “Me quedé solo y vi muy poco al pequeño Jessey. Solo podía estar solo… y no me di cuenta de que la botella de vodka se había convertido en mi mejor amigo. Físicamente yo no me daba cuenta. Al día siguiente me despertaba como si nada hubiera pasado. Seguí jugando, pero cada vez peor y claramente menos concentrado. Me mentía a mí mismo diciendo que todo iba bien y me aferré a mi inteligencia futbolística. Me hundí físicamente. Corría menos, lo escondí mucho con mi técnica. También pensé que nadie lo notaría”.
Sneijder concluye contando cómo fue su llegada al Madrid: “Mijatovic, que era el director deportivo, me informó en Schiphol de cómo se iba a hacer el fichaje. Estaba con mi agente y sacó un papel de su bolsillo. Todavía puedo verlo haciendo ese gesto. Lo abrió y lo vi todo: tres millones por temporada. Contrato de cinco temporadas. En el Ajax ganaba un millón. Bruto. “Lo tomas o lo dejas”, me dijo. Lo tomamos, dijimos Soren y yo al mismo tiempo. El traspaso se cerró en 27 millones de euros”.