Con el triunfo del City el sábado, el conjunto de Klopp debía ganarle a los de José Mourinho para volver a lo más alto de la Premier League. Pero no la tuvieron fácil ante unos Diablos Rojos que se plantaron de buena manera en Anfield a pesar de tener a importantes jugadores lesionados. Así, el Manchester United comenzó abajo en el marcador por el gol de Sadio Mané, los de Manchester lograron el empate a través de Jesse Lingard y, aunque no ofrecieron muchas variantes en ataque, del otro lado lograron frenar las peligrosas ofensivas de los Reds.
El portugués se sintió estratégicamente por delante y en el descanso dejó en el banco a Diogo Dalot y metió a Marouane Fellaini, para cerrar aún más el medio y gozar de otra arma por arriba. La defensa del Manchester sostenía el marcador como podían, con ayuda de un gran De gea que ya era héroe del encuentro.
En el minuto 70, Klopp retiró a un medio defensivo como Keita y dio entrada a Shaqiri. Buscando la diferencia que pudiese abrir la muralla de los diablos rojos. El mediapunto Suizo fue la clave para conseguir la diferencia cuando, Mané se internó por banda izquierda, puso un pase de la muerte que repelió De Gea. El rechace le llegó dentro del área a Shaqiri quien de primeras golpeó, el cuero tocó en Ashley Young y, después de tocar en el larguero, se transformó en el segundo tanto para el Liverpool.
La magia de Shaqiri no acabaría ahí, en una transición rápida, Firmino, desde dentro del área, tocó un balón hacia atrás, esperando que alguien lo recogiese. Shaqiri apareció en la frontal, se inventó un latigazo y el balón tocó en Eric Bailly colándose junto al palo de De Gea. 3 rebotes, 2 goles para el Suizo que dejan al Liverpool de nuevo como líder de la Premier League por encima del Manchester City.