Los dos equipos con mejor actualidad de todo el fútbol sudamericano se medirán en la final de la Copa Libertadores 2019. Y lo harán en la primera edición a partido único.
Sudamérica tiene la oportunidad perfecta para brindar un espectáculo difícil de olvidar.
River, no obstante está siendo de lo mejor en el ahora, está escribiendo líneas como uno de los equipos más grandes de la historia en el continente. Lo que ha hecho Marcelo Gallardo supera a Ramón Díaz, por ejemplo. El tiempo y los títulos hablan, pero es el juego quien convence.
Flamengo, por su parte, está cosechando aquello que sembró en el mercado de fichajes. Invirtió como un equipo europeo, contratando incluso a Jorge Jesus, y logró clasificar a la final con una goleada 5-0 ante Gremio. De lejos, el equipo en mejor estado de forma.
Un clásico entre argentinos y brasileños, además. Insistimos, todo para ser un espectáculo.
¿El rival más difícil en la era Gallardo?
La carrera del “Muñeco” como entrenador de River ha encontrado victimas en grandes equipos del continente: Tigres, Gremio, Boca Juniors. Pero quizá ninguno transmitía las sensaciones que sí logra producir este Flamengo.
River se enfrenta contra una máquina que, por primera vez en mucho tiempo, podría darles una cucharada de su propia medicina.
Además, ¿alguien le ha avisado a Gallardo que el partido es solo de 90 minutos?
Allí radica una de las claves del partido y uno de los principales aspectos sobre los que debe trabajar el Mengão: River (por Gallardo) brilla en las series de 180 minutos; están armados para superarlas y no brillar, precisamente. Se hacen fuertes en casa, sorprenden afuera.
La llave ante Boca puede ser un buen tráiler de lo que son en esas series. Ahora, en un formato casi desconocido para el equipo en la copa, algunas cosas pueden cambiar.
Factores como la mentalidad y el estado anímico cobran una importancia increíble.
Jorge Jesus está más acostumbrado a estos contextos. E incluso con más presión y nivel de juego sobre el terreno. Pero también tendrá esa carga de toda la inversión que han hecho y las responsabilidades que tiene.
Ambos tienen argumentos deportivos para vencer al otro, pero ganará aquel que, además de domar al rival, pueda anteponerse a sí mismo.