El FC Barcelona ha extendido el contrato de Ernesto Valverde. Esto continuará.
Luego de renovarle el contrato al actual técnico de la institución culé, es hora de que todos aquellos simpatizantes de la identidad de juego se olviden del “cómo” por un largo tiempo.
Con Valverde solo importa ganar. La manera cómo se consiga, no importa.
Es por esto que el Barcelona se ha convertido en un equipo resultadista y, más que nunca, Messi-dependiente.
Si no está el argentino, el colectivo no responde. No gana.
El anuncio ha tomado por sorpresa a varios, pero la mayoría ha entendido lo que busca alargando la estadía del entrenador.
Si son “més que un club” necesitan más que una liga española al final de la temporada.
El ex Athletic nunca ofrecerá un juego como el de Guardiola en sus días, por ejemplo. Pero sí puede ofrecer resultados, victorias, buenos números.
De hecho, sus estadísticas son brutales.
Y en eso es en lo que se apoyará el Barcelona ahora. Claramente, es una muestra de intenciones: hay que ganar. Ganar títulos importantes, ganar lo que el máximo rival se ha llevado en los últimos años.
Revivir una noche mágica antes de revivir la identidad de juego.
Hay que olvidar algunas cosas para recordar otras, otras que den más dinero y muestren el nombre del club en la historia, otra vez.
Entonces, mucho de esto pasa por la renovación de Valverde.
La interrogante está en cuánto pueda conseguir el Barça aún priorizando los resultados por sobre todos los otros detalles.
¿Centrarte directamente en los resultados ayuda más de lo que quita?
Es un tema ambiguo. Una liga de España no es igual a una UEFA Champions League. El Real Madrid lo sabe para bien, el archirrival lo sabe… Para mal.
El rol ganador de Valverde será necesario, pero también una mejora colectiva.
Veamos quién vence primero…