No es un juego vistoso, pero sí está siendo bastante efectivo. Y eso le está bastando al Real Madrid para superar a sus rivales sin mayores complicaciones. Además, Zidane sigue sorprendiendo en cuanto a su gestión de plantilla y las sensaciones son muy positivas.
El partido ante el Mallorca, más allá de la diferencia entre la realidad de ambos clubes, sirvió para confirmar que el líder de LaLiga está jugando bien; que tienen con qué llevarse el título y que Vinícius puede dar aún más de lo que se piensa.
También sirvió para ver lo bueno que es Takefusa Kubo, pero esa es otra historia.
Vinícius y confianza; un junte que todos agradecen y disfrutan
El partido dio lugar a una novedad importante: las definiciones de Vinícius.
Si bien el “pero” del brasileño tiene que ver con la finalización/definición de las jugadas, ante el Mallorca dejó gestos muy interesantes a tener en cuenta. Un gol picando la pelota y un travesaño también intentando una vaselina ante la salida del arquero.
Y no es solo la técnica de definición, que también, sino la confianza −a causa de buenas acciones que forjan buenas actuaciones− lo que eleva su creatividad a otro nivel, pese a que ya destacaba.
Vinícius será un jugador de gran importancia en lo que resta de torneo.
En gran parte, porque Zidane ve a Hazard y Benzema como dupla en punta, lo cual le abre camino al brasileño por la banda izquierda (aunque ciertamente le resta campo de acción al belga). Sus últimas actuaciones han sido muy buenas, por lo que podría ser garantía verlo más.
La pizarra de Zidane
Los planes del técnico podríamos definirlos con “nadie sabe qué esperar… pero dará resultados”.
Cada alineación del Real Madrid es prácticamente un experimento del francés. Lo suyo no es variar ideas y fases, sino nombres y posiciones. Eso va formando una gran bola de nieve; todos se ven implicados en la dinámica del equipo.
Y al momento de que un jugador en específico se necesite, allí estará.
¿O a alguien ya se le olvidó aquella temporada con equipo “A” y equipo “B”?