Análisis de uno de los defensores centrales del futuro.
Francia, además de ser la actual campeona del mundo, es una fuente de talentos. Entre ellos, destacan los defensores centrales para dominar el futuro. En Leipzig hay dos, y uno de ellos es Ibrahima Konaté.
Salido de la fructífera cantera del Sochaux, tiene 19 años (1999), mide 1, 93 metros y recorrido en las selecciones menores de Francia.
Además, posee mejores características de Dan-Axel Zagadou, Evan N’Dicka y Dayot Upamecano.
Un defensor total
Ser joven y un fichaje del RB Leipzig habla muy bien de ti.
Sin embargo, lo mejor de Konaté se nota sobre el campo, en especial en esa madurez que ha mostrado desde sus 16 años jugando a nivel profesional. Solo 15 partidos en Ligue 2 le bastaron para dar el salto a un mejor proyecto.
En Alemania supo adaptarse recién llegado. Al final de esa temporada en la que aterrizó con los Toros, disputó más de 1.000 minutos y ya había dejado grata impresión en la liga.
Han pasado un par de años desde ese entonces. Ahora es un pilar del club.
Y eso hace que el mañana de Ibrahima Konaté contenga poca incertidumbre; algún club de élite pagará una cifra millonaria por él (eso puede ser este verano) y se convertirá en uno de los mejores defensores centrales del mundo. Es una de las caras en esta generación de relevo.
Ahora bien, ¿cuáles son sus características como jugador?
Por condiciones físicas, tiene una clara ventaja en el duelo aéreo. También maneja buena técnica al cabecear. Es un defensor rápido y muy acertado al corte, en especial a campo abierto, aspecto que se podría considerar su mayor virtud.
Dayot Upamecano es un jugador similar. Ahora imaginen la dupla que conforman ambos.
La inteligencia es vital en un defensor. Atrás quedaron aquellos años donde todo era fuerza, despejes y rudeza. Los tiempos cambiaron.
Por suerte, Ibrahima Konaté nace en medio de este cambio.
Atención a este defensor central, al menos antes de que lo robe el Bayern. Podríamos estar hablando de uno de los mejores jugadores del mundo en los próximos años.
Y saben que nunca exageramos.