El rendimiento no fue el habitual, sino uno muy inferior. Messi no se encontró en la Copa América.
Todo tiene una explicación, la mayoría de las veces partiendo de la lógica. Y este puede ser uno de los casos donde la misma responda todos los porqués. De hecho, pasa por un aspecto netamente natural en su mayoría: Messi tiene 32 años.
No obstante, el equipo no mostró un juego definido y tampoco una necesidad de Messi, lo que podría ser incluso positivo. Había otras herramientas, aunque de menor calidad y menor en cada uno de los criterios comparados con el “10”.
El resultado de ambos hechos, la edad de Lionel y el juego argentino, fue la razón principal, pero hay más.
El contexto de Messi
No se trata de Xavi o Iniesta, de Neymar o Suárez. Hay algo más allá. Para Messi, dejar el Barcelona para ir a Argentina siempre ha significado un bajón de nivel. ¿Por qué? Porque el contexto influye para bien o para mal.
El jugador de fútbol, llámese como se llame, depende de quienes lo rodean. Estos lo pueden potenciar u opacar.
Hacemos referencia, entonces, a que el argentino llega a representar a su selección en medio (o a inicios) de un proceso de reconstrucción, con nombres “inferiores” y sin siquiera una idea de juego. Es lógico verlo en versión menos espectacular.
La Copa América de Messi es lógica pura, por edad y por contexto. No es nada extraña.
A su vez, hay que resaltar que la brecha entre los grandes de Sudamérica y “los otros” es cada día más chica. Perú está en la final, siendo muestra de cómo va todo esto.
Y esto último lo podemos reflejar en patrones comunes en los planteamientos rivales:
- Repliegues sólidos y líneas de presión. Imposible convivir entre líneas (vs. Brasil).
- Sobrepoblación del mediocampo al defender (vs. Colombia).
- Cuando Messi se vio mejor (vs. Catar y Venezuela) el rival lucía estirado e inconexo.
Hay rivales con mejor material, mejores propuestas y mejores herramientas (análisis) para contrarrestar a los grandes. Ya no es impensado. Ahora existe la “solución” a todo. Y hasta un simple usuario de Twitter puede tener acceso a ella.
La ecuación es fácil, rodearon a Messi de más rivales que compañeros. El cúmulo de factores fue lo que acabó dando cómo resultado aquello “negativo” que se vio.
Una de las verdades en el fútbol: no eres nadie sin un equipo.