Los focos se basaron en cómo fue que Robert Moreno dejó de ser seleccionador de España. La forma, tan sorpresiva como irrespetuosa, trascendió todo aquello que pudiésemos imaginar. Pero, tras la tormenta, habrá que analizar la etapa del entrenador y todo lo que esta dejó para el futuro reciente… que no son pocas cosas, eh.
Moreno encontró un camino que potenciaba todas las virtudes de España y transitó por él, pero justo cuando ya estaba totalmente encaminado, decidieron ponerle fin al recorrido.
Idea de juego, universo de convocados, formas de trabajo. Desde que Luis Enrique salió por razones ajenas a su voluntad, La Roja siguió funcionado tal y como en sus mejores días. Cada factor estaba en orden y se reflejaba sobre el campo. Aún con matices del tiki-taka, pero con mayor verticalidad y porcentaje goleador.
El aporte de Robert Moreno
Si bien no fue el artífice, ya que algo había dejado ver Luis Enrique, Robert Moreno demostró cómo se deben construir las selecciones nacionales. Y los resultados fueron magníficos.
No se trata de un equipo compuesto por solo “buenos momentos”, sino de la edificación de un equipo a corto plazo. Si el buen momento, por ejemplo, no encaja en la idea/estructura de la selección, no será útil allí. Por lo tanto, llamarlo no tendría mucha lógica.
Moreno priorizó el equilibrio. Eso llevó a desprenderse de ciertos jugadores que en otros procesos hubiesen sido considerados ‘intocables’ y a llamar a otros que muy pocos esperábamos.
¿O ya todos olvidaron que Isco no era convocado y Adama Traoré sí?
La idea constituye otro punto importante que, de cualquier manera, será útil para el desarrollo de la ‘etapas Luis Enrique’. Robert conservó la esencia y la hizo aún más competitiva en el fútbol actual.
En otras palabras, encontró el funcionamiento correcto en el centro del campo (con Thiago Alcántara brillando en el proceso) y, posteriormente, la manera de potenciar a los ofensivos.
Álvaro Morata, Paco Alcácer y Gerard Moreno lo agradecen, sí. Iñaki Williams aún espera.
Ahora le tocará a Luis Enrique seguir edificando a partir de una base más que promisoria desarrollada por Robert Moreno. De allí a que sea tan extraña su partida.
Pero así es esto. Es el fútbol moderno.