Tú sabes la respuesta, también yo.
Ante un pragmático Barcelona de Valverde, las opciones son muy escasas. Imagina tener tanto talento en una plantilla y utilizarlo para solo lo necesario… Pero bueno, esa es otra historia.
El Sevilla luchó muy bien durante la primera vuelta de la liga. Es casi imposible mantener ese nivel con su plantilla actual.
Machín ha demostrado estar para proyectos ambiciosos.
Además, han protagonizado un excelente mercado de fichajes; sus altas (o casi todas ellas) son de suma utilidad en el XI, incluso.
Tomas Vaclik acabó siendo una muralla en el arco, André Silva revivió su rol de goleador.
Pero, al final del día, siguen siendo el Sevilla. Al nombrarlos, se relacionan con la Europa League. Son buenísimos, pero quizá no tengan lo necesario para ganar La Liga. Y esto va más allá del fútbol.
Acá también hablamos de esencia y mentalidad, aspectos infravalorados pero determinantes.
Es un hecho (sí, un hecho) que estarán en la Champions League del próximo año. Su buen nivel se mantendrá, pero como todo equipo competidor al Barcelona y Madrid lo hacen.
Conseguirán una racha de cinco partidos ganados, luego caerán de locales ante el Huesca.
Casualmente, en esas fechas el líder también pierde puntos. El fútbol español es casi predilecto, aún así es imposible no disfrutarlo. Somos algo masoquistas.
¿Entonces el Sevilla no podría…? No, no podría. Aún no. Pero este, sin dudas, es el camino.
Desde esta página nos declaramos seguidores de Pablo Machín y sus proyectos. Tarde o temprano, un trofeo acabará en su estante. El equipo de Andalucía podría ser el ideal para lograrlo.
Una política de fichajes será primordial en el proceso. La tienen.
El futuro del Sevilla será exitoso, y con exitoso no me refiero a otra Europa League.
Llegó el momento de algo grande, pero aún hay que esperar.