África tiene un gran potencial en el mundo del fútbol. Y Senegal es protagonista allí.

¿Cómo es que un país africano es una potencia en el fútbol actual? Pues, algunas cosas han cambiado. Las “grandes potencias” europeas también han sido parte del proceso. Así que hablamos de uno de los ganar-ganar que tantos nos gustan.

Sadio Mané, Kalidou Koulibaly, Idrissa Gueye, Ismaila Sarr… Sí que hay mucho talento.

El proyecto senegalés

El talento es nada cuando no hay organización de por medio.

En otras palabras, los muchos jugadores interesantes que alberga Senegal (y todo el continente africano) en la actualidad, solo serían otros del montón de no ser por el proyecto que los alberga.

Primero, hablemos un poco de Francia y la Ligue 1.

Beneficiarse de los vínculos geopolíticos entre ambas naciones era una tarea pendiente para el fútbol. Pese a que había existido cierta relación, como evidenciaba aquella generación de Senegal en el 2002, aún faltaba profesionalizarse.

Clubes como el Toulouse y el Metz, pese a que ahora ambos estén en Ligue 2, entendieron esto.

De hecho, todos los hicieron. Pero fueron los mencionados quienes sacaron el mayor provecho, en especial estos últimos.

Debemos hablar de la Académie Génération Foot. Creada en Dakar durante el año 2000, la academia nació con dos motivos: potenciar el fútbol senegalés, brindándole una ventana internacional y mejor formación a sus talentos, y potenciar al club (Metz).

¿Lo logró? Sí. Senegal es una cuna de talentos. Siempre lo fue; solo que ahora se profesionalizaron.

Ahora Dakar no es solo una competencia apasionante sobre Rally. O un desierto.

El fútbol es uno de los fenómenos globalizadores más grandes en todo el mundo. Hay equipos visionarios que, más allá de ver futbolistas buenos y malos, analizan sus funciones. De tal manera, pueden conseguir piezas valiosas en Asia, Oceanía o Sri Lanka. Las hay en todos lados.

Senegal podría considerarse uno de estos casos.

El senegalés dejó de ser rápido o de excesivas condiciones físicas. Ahora los hay de todo tipo. La nacionalidad es sólo una bandera.

Y este es el fútbol que nos gusta. El fútbol que tiene que ser.