Con todos los favoritos clasificados para los dieciseisavos de final de la Europa League, el Milán fue el único club de los denominados “grandes” que se dio un batacazo. El objetivo era muy claro: el club lombardo no debía perder por dos goles en el feudo del Olympiacos para pasar de la fase de grupos de la Europa League. Lo que debería haber sido una misión imposible para el cuadro griego se convirtió en una realidad con una victoria por 3-1 que lleva al AC Milán a la frustración.
El cuadro dirigido por Gennaro Gattuso, cuarto en la Liga italiana, a 17 puntos del líder Juventus, y ajeno a una gran final europea desde que ganó la Liga de Campeones en la temporada 2006/2007, continúa con sus proyectos erráticos año tras año.
En su grupo, el F, sólo el Betis tenía la clasificación asegurada. El Milán tenía la opción de arrebatarle el liderato, pero también podía caer. Y ocurrió lo segundo. El primer tiempo el plan del Milán se dio bien, un partido aburrido sin peligro para ambas porterías. Hasta el segundo tiempo que apareció Pape Cisse, que abrió el marcador en el minuto 60 con un cabezazo dentro del área pequeña.
Después, con un gol absurdo, el 2-0, en propia puerta obra de Cristian Zapata, que luego arregló su error marcando el 2-1. Sin embargo, Konstantinos Fortounis, desde el punto de penalti a falta de nueve minutos, certificó el fracaso del Milán.
La mayor sorpresa es que la eliminación no fue solo culpa de Higuain como nos tiene acostumbrado, si no de todo el plantel apático que no supo manejar la ventaja. A los dirigidos por Gatusso solo le queda optar por la copa de italia donde se encuentran en la fase de octavos de final, ya que la Serie A es de la Juventus.