Parece que las cortas vacaciones decembrinas solo sirvieron para recordar la crisis que el equipo ha tenido durante toda la campaña. El Real Madrid regaló a sus aficionados otro partido decepcionante, repleto de problemas desde el minuto uno, demostrando que sus males no estaban en el banquillo sino en el campo.
El Madrid comenzaba el partido ofreciendo a la afición el mundial de Clubes conseguido, un pañito de agua que no sirvió de mucho. La primera jugada de peligro de la Real Sociada fue por la banda de Marcelo. Mikel Merino robó y se metió en el área, Casemiro le atropelló. Tarde y mal. Willian José, que sufría una sequía prolongada, transformó el penalti, duro y arriba, tirando a la basura cualquier planteamiento inicial de Solari.
El Real tuvo las oportunidades para empatar pero Benzema falló lo que sólo falla Benzema, un remate de área pequeña con el balón botando, sin marca. Vinicius el mejor del partido para los blancos sin duda, tuvo un mano a mano donde se deshizo de Llorente y picó ante Rulli, que no se fue al suelo y sacó el mano a mano.
En días así sale todo al revés. Antes del descanso el poste devolvió la mejor jugada colectiva blanca, acabada con un centro chut de Lucas. Después, Rulli desplegó un recital de reflejos imponente, sacando remates a quemarropa de Vinícius, Ramos y Benzema.
La mala suerte no acaba para los blancos, la expulsión absurda de Lucas Vásquez ponía el panorama aún más negro. Además que el colegiado tampoco hizo bien su trabajo. Isco le metió un pase en velocidad a Vinicius, se plantó ante Rulli, que le rebano el pie en el mano a mano, y Munuera no pitó. Estaba cerca, y si ignoro al VAR, fue imprudente. Doble error.
La Real Sociedad sentencio el partido al minuto 83 con un gol de Rubén Pardo, ampliando la crisis blanca y poniendo en jaque a la directiva.