… Y menos si juegas ante el Paris Saint-Germain.
Lo del Manchester United es una hazaña. De seguro, una de las más recordadas en la historia del equipo inglés; por momento, por hombres y por necesidades.
En cambio, en el libro de los parisinos esto es solo un capítulo más, siquiera exclusivo. Esto ya lo habían vivido.
Nuevamente, fracasaron teniendo todo a favor. Sí, todo.
Es posible que este plantel francés sea muy fan de Game Of Thrones y sepan que, tanto en las pantallas como en sus pechos, Winter Is Here.
Esto ya no tiene otra explicación, en serio.
Ni siquiera lo de las comunes lesiones de Neymar durante este mes lo tiene. O tal vez sí: los carnavales.
Pero, en la acera de enfrente, si hay un equipo que le encuentra explicación a todo lo que le sucede: Ole Gunnar Solskjaer. Él es la llave de todo lo que sucede.
Salvó al club de una debacle por el Mourinho más terco de los últimos años.
Ya eso era admirable, pero no solo quedó allí. Potenció al club en todo sentido, comenzando por lo mental hasta el punto de afinar detalles tácticos sacando el mejor rendimiento de jugadores que estaban protagonizando temporadas para el olvido.
Así de serio es esto.
Con una mitad del campo alterna, pero nunca improvisada, logró el objetivo.
Vencieron al PSG. En su casa. Dándole vuelta al global de la serie. Sin sus figuras.
Sí, merecen un documental en Netflix. Y sus rivales de turno merecen aparecer en un episodio de Loosers, sin duda.
Ah, y los analistas de llaves en diciembre no existen.
El Manchester United nunca dejó de creer. Solo ellos saben cuanto trabajaron, solo el noruego sabe cuanto imaginó este escenario. Solo el PSG sabe cuanto falló.
Solo nosotros sabemos cuanto disfrutamos de este partido.