No es casualidad que el FC Barcelona esté en semifinales de la UEFA Champions League.
Si bien el proceso pudo haberse visto beneficiado al enfrentar al Manchester United, es importante resaltar por qué el equipo español está en tales instancias, además de ser líder en La Liga y finalista en la Copa del Rey.
Muchos dirán Messi… Y esos muchos tienen razón. Pero hay algo detrás.
Ernesto Valverde merece una mención. ¿Acabó con la cultura e identidad de juego? Probablemente, pero lo hizo con un propósito que está logrando. No hay fracasos. Él lo está haciendo bien, rompiendo paradigmas y compitiendo como pocos.
Preguntas de un ganador
Pep Guardiola ganó un sextete jugando bien; exaltando la identidad. Ese, quizá, sea el punto máximo en la historia del FC Barcelona porque, además, Messi también brilló en dicha consecución.
Y todo fue en un contexto más difícil, de mayor preparación y estudio a los rivales.
Valverde, con tres en la mira, pero aún sin nada, no ha logrado/logrará los objetivos jugando bien. Él demuestra que le es más importante ganar, no el “cómo”. Claramente, tiene más detractores que el actual técnico del Manchester City.
Pero el debate es el siguiente, ¿qué gana un equipo que juega bien y no consigue títulos?
¿Qué ganaría Ernesto Valverde complaciendo a la gente y sabiendo que fracasará?
Este par de preguntas deben ser respondidas. Si la pregunta a ellas indica que Valverde no es un técnico para el FC Barcelona, ¿quién, además de Guardiola, lo sería?
La institución blaugrana fue a buscar títulos, éxito. Allí consiguió al técnico del Athletic Club. La ecuación, de momento, les resulta. Están ganado; están compitiendo como desde hace muchos años no lo hacían.
El problema es de los románticos del fútbol, probablemente. Muchos estancados en el pasado, en lo que fue.
¿A qué jugaba el primer Real Madrid de Zidane? No tenía un estilo definido. A veces siquiera era el equipo que proponía, pero así consiguieron tres Champions.
Arrollaron argumentos que exponen lo lindo del juego. Se adaptaron a la actualidad.
Eso es lo que está haciendo Ernesto, vivir el presente. En unos tiempos donde el fútbol cambió, pero los ganadores siguen siendo aquellos que levantan las copas.
Y vaya que lo está haciendo bien.