Con un Lionel Messi inspirado, Barcelona goleó 3-0 al Liverpool en el partido de ida de las semifinales de la UEFA Champions League. Pero las maravillas del argentino no son suficientes para explicar el resultado, también hay que tener en cuenta la falta de pegada del Liverpool y la contundencia que tuvieron los culés de frente al arco.
Jurgen Klopp transformó su Liverpool en el Barcelona de temporadas pasadas, cambio la verticalidad y contundencia que los caracterizaba por la posesión de balón y fallar goles cantados. El Liverpool ganó la posesión en el Camp Nou con un 52,5% del partido, mientras que los catalanes lo hicieron en el 47,5%. El equipo inglés remató al arco defendido por Ter Stegen en 15 oportunidades y no pudo convertir ningún gol, mientras que los catalanes patearon 12 veces al de Alisson y acertaron en tres ocasiones.
Marc-André Ter Stegen fue un héroe silencioso. El Alemán realizó hasta tres atajadas decisivas durante el partido en los cuatro tiros al arco que realizó Liverpool. La exhibición del alemán no es un hecho aislado dentro del gran rendimiento del conjunto de Valverde en la Champions League, ya que demostró ser el mejor portero de la temporada en la máxima competición europea: paró el 82,14% de los tiros a los que se enfrentó con hasta 24 intervenciones.
El resultado esconde parte del sufrimiento del conjunto azulgrana, que la pasó mal en todo el partido pero en especial en la segunda parte cuando el conjunto de Klopp tomó el control del juego y el arquero alemán, quien estuvo en su mejor nivel, fue clave para que los visitantes no anotaran ningún gol.
La vuelta en Anfield será un espectáculo que hay que ver aunque el Barcelona tenga más de pie y medio en la final, además, de contar con el intratable Messi, el Liverpool con su gente se hace fuerte y con el fútbol demostrado solo le falta esa contundencia que anfield ya vio y que espera volver a ver.