El deporte rey necesita más tipos como Matt Le Tissier. Y vaya que lo necesita pronto.
Un delantero con doble nacionalidad, clásico one club men, instinto de cazador y una gran afición a la cerveza. Nunca dejó de beber, pero tampoco nunca dejó de rendir.
El Southampton lo tuvo por 15 temporadas. Ellos y nadie más, porque jugar en un club grande es lindo, pero él prefería enfrentarlos vistiendo la camiseta de los amores.
La historia de Le Tissier, hace cuestionarse algo: ¿Existen este tipo de futbolistas en la actualidad?
Lo de la cerveza es opcional, aunque todos beben. Eso sí, no con tanta frecuencia.
¿Por qué cada vez hay menos jugadores de un solo equipo durante toda su carrera? Los tiempos han cambiado, y el sistema, quizá, sea protagonista en la alteración.
La mayoría busca más dinero.
Otro porcentaje un poco inferior va en búsqueda de más oportunidades.
Un grupo pequeño/mediano entre ambos las consigue.
Y un grupo aún menor busca todo lo mencionado… pero en el mismo club que ama.
El sentimiento influye en el juego. Uno de los errores más comunes en el análisis de partidos y scouting es la robotización del jugador. Lo analizan como un objeto, cuando los mismos son seres humanos y resultado de un montón de factores ajenos a una cancha de fútbol.
El futbolista profesional siempre te dará todo en la cancha, pero el futbolista que ama a su equipo siempre te dará todo y más.
He aquí la gran diferencia. Y he aquí la razón por la que el fútbol necesita más tipos como Matt Le Tissier.
El espectáculo está asegurado de la manera que sea. Siempre lo estará. Y también siempre puede ser mejor.
El futbolista que hace la difencia no solo juega en su club, también lo piensa.
Y el mundo del fútbol requiere eso: pensar, sentir, cerveza y goles.