Marcos Llorente a sus 25 años de edad y en su primera temporada completa en un equipo de primera ha tomado una importancia trascendental a final de temporada con el equipo colchonero.
Desde que en Anfield resultara crucial para el Atlético tras firmar el primer doblete de su carrera y dar la asistencia del definitivo 2-3 que eliminó al Liverpool, Marcos Llorente no deja de acaparar elogios, alimentados también por el tanto y los otros tres pases de gol firmados frente a Osasuna y Levante que arrojan que cada 41 minutos el ex Real Madrid participa en una acción de gol.
Ocho meses han pasado desde la decimoprimera jornada del 29 de octubre, donde Marcos Llorente no sólo ofrecía dudas como jugador del Atlético, sino que acabaría el encuentro aún más señalado. De hecho, tras partir como titular para dar aire a Koke o Thomas en aquella cita, tendría que ser reemplazado al descanso. Desde los 16 minutos cargaba con una amarilla, había coqueteado con la expulsión y para colmo se había visto totalmente superado como mediocentro, donde Simeone no terminaba por verlo.
De hecho, no era la primera vez que el técnico deshacía sus planes en el intermedio, pues en su anterior titularidad, en la tercera jornada ante el Eibar, ocurriría lo mismo. No hacía más que reforzar el concepto que El Cholo se había formado de Llorente desde la pretemporada, cuando ya comprobó que sus condiciones no eran las que mejor se ajustan para actuar como mediocentro.
De ahí el Cholo lo transformó y encontró el lugar perfecto para Llorente primero en la banda derecha y ahora como segundo delantero, donde las cualidades físicas de Marcos han explotado y han llevado al Atlético de Madrid a conseguir lo que más se le dificulta que es el gol. Marcos Llorente se pudo adaptar a las ideas del Cholo y lo que parecía ser una campaña terrible para el español puede ser la temporada que lo consagre en la élite.