Son varios los equipos importantes de Europa que deberán desprenderse de jugadores que no tienen sitio en la plantilla, pero que en su día costaron mucho dinero y fueron grandes inversiones. Esos futbolistas, algunos facilitarán sus salidas, pero otros prefieren permanecer hasta el fin de sus contratos porque cuentan con salarios muy gordos y vale verga el fútbol, lo importante es el dinero.
Hablamos de futbolistas que hace algunos años fueron estrellas mundiales, aunque en los últimos tiempos han perdido cierto caché. En la Premier tenemos a Paul Pogba, el United pagó 105 millones por el francés que estaba proyectado a convertirse en unos de los mejores centrocampista de la historia. Nada más alejado de la realidad. En inglaterra su único logro fue echar a Mourinho. El Manchester espera regresarlo a Turín o que Zidane pueda convencer a la directiva del Madrid para que se vaya a España.
El mismo Real Madrid tiene varios de estos problemas. Gareth Bale es el principal. El galés costó 101 millones y no juega fútbol juega golf. James Rodríguez costó 75 millones, pero Zidane lo odia y el colombiano no cuenta ni para llevarle el café a la plantilla. Con Luka Jovic la inversión fue de 60 millones pero en los últimos partidos que jugó el Real Madrid no fue ni convocado.
El Barcelona siempre después del Real Madrid no se queda atrás con estas plagas. Coutinho de 145 millones regresa al equipo culé porque el Bayern no lo quiso ni regalado, Dembélé que costó 125 millones ha gastado el doble en el cirujano desde que vistió la camiseta azulgrana.
Todos estos jugadores mostraron un talento fantástico en algún momento pero ahora no son más que egresos para su equipos, parásitos que no aportan nada y solo se llevan todos los meses una suma millonaria por jugar a la play desde casa.