A diferencia del partido ante el Tottenham, donde los dirigidos por Ole Gunnar Solskjaer también protagonizaron una actuación bastante positiva, contra Sheffield sí lograron ganar; golear, de hecho. Todo salió a la perfección; el plan ‘Matic-Pogba-Bruno’ fue una maravilla y Anthony Martial, autor del primer hat-trick en Old Trafford desde el 2013, se benefició de ello.
Los Red Devils, definitivamente, están mostrando otra cara. Una que le hacía falta al club y, sobre todo, a la Premier League. Y pese a que aún falta, hay tres (3) motivos claros para creer:
La relación Pogba-Bruno
No solo la presencia de Bruno Fernandes en el XI del United cuadraba a la perfección, sino también la posible relación con Pogba.
Tras minutos vs. Tottenham y una titularidad vs. Sheffield podemos confirmarlo.
El Manchester United ha pasado de tener serios problemas para activar el carril interior a hacerlo uno de sus principales vías de progresión, en ocasiones sin necesidad de sacar el balón a los carriles exteriores previamente. Y esos son sinónimos de un equipo arrollador.
Además, el portugués no solo mejora al francés (que ya hacía considerablemente mejor a todo el equipo) sino que se encarga de potenciar a muchos otros talentosos.
La activación de Anthony Martial
Anotó un hat-trick y no hay mejor momento para decirlo: Martial es un tipo para edificar.
Su mejor versión puede estar algo alejada de ese ‘9’ que se venía viendo en los últimos partidos del Manchester United, más por carencia de juego colectivo que por deseo del técnico o demanda de la idea.
Con Bruno y Pogba entre líneas (sí, nuevamente ellos) puede florecer una gran versión de Anthony, mucho más participativo y dinámico en la gestación de la jugada.
Hay que creer en el francés. Y también en el otro francés.
El liderazgo de Marcus Rashford
Nadie lo puede negar: es un líder; es el líder.
Marcus Rashford −a sus 22 años− es una perfecta representación del Manchester United. A partir de allí, ejerce un importante liderazgo sobre el campo (e incluso fuera de él) ya no solo en jugadas ofensivas, sino en todo lo que sucede.
I Believe, dirían varios fanáticos ahora mismo. Y no es que carezcan de motivos para hacerlo.