Llegaba el momento de la verdad: o Pep Guardiola lograba acercarse al Liverpool o Jürgen Klopp estiraba la distancia entre ambos a nueve (9) puntos -casi- consagratorios. Y el Liverpool acabó triunfando. Ahora, sin duda alguna, tienen todo para llevarse la Premier League.
¿Es posible que a principios de noviembre ya se hable de una liga inglesa definida? Pues, así de grande es lo que ha hecho Klopp. Menos espectacular, pero más autoritarios.
Es el título que te da ser el campeón de Europa. Creértelo. Y salir a jugar teniéndolo presente.
El Liverpool ha llegado para quedarse, y ser campeón.
La máquina de Klopp
No es coincidencia que Jürgen Klopp sea el técnico que más veces ha vencido a Pep Guardiola.
Desde que el alemán y el español empezaron a coincidir en Alemania, mediante métodos muy distintos, casi al punto de ser totalmente contrarios, ambos han protagonizado los mejores duelos de técnicos en la élite. Esto llevó, entonces, a conocerse. Y ya van años de aquello.
Ahora, en Inglaterra, los Manchester City – Liverpool son de los enfrentamientos más atractivos. Se trata de equipos más maduros (en especial, en el caso de Klopp) y un duelo de técnicos igual de interesante que el mismísimo partido.
Pero la balanza empezó a inclinarse… Y la diversión de Pep, lentamente, a desaparecer.
Todo eso es posible gracias a Klopp, que mientras crece como técnico y mejora a su equipo, ha encontrado, explotado y triunfado sobre las debilidades de su máximo rival: Pep Guardiola.
El plan es el mismo: intensidad y transiciones; juego por carriles exteriores.
¿Cómo es posible que, tras tantos enfrentamientos e incluso victorias, Guardiola aún no logre la manera de detener al Liverpool (¿cosa que sí ha hecho Klopp con el Manchester City?
Se llama convicción; la misma que el alemán utiliza para alimentar los deseos de su equipo. Y la misma que está utilizando esta temporada para, apenas en noviembre, casi dar la Premier League por liquidada.
Por ahora, solo resta la última “prueba” para confirmar que esto será así: diciembre. Pero los Reds, por fin, podrían lograr la hazaña que por un resbalón no pudieron conseguir.
Y todo gracias a Klopp.