Klopp arrolló al Manchester City de la misma forma que ha ido arrollando a toda la Premier League e incluso a gran parte de Europa. ¿Cómo? Volando, literalmente. Aquí todo es gracias a sus alas.
Trent Alexander-Arnold y Andy Robertson son los encargados de dar vuelo al Liverpool de Klopp. Ambos, de hecho, están siendo considerados como los mejores laterales del mundo ahora mismo, lo cual hace aún más curioso que el primero tenga 21 años y el segundo sea un ex jugador del Hull City.
Jürgen ha potenciado a dos jugadores al punto de llevarlos a ser de la élite. Y ahora ambos están pagándole con ser el factor -más- diferencial de todo el colectivo.
El lateral con labores ofensivas y otro día para confirmar su importancia en el juego.
¿Cómo juegan los laterales de Jürgen Klopp?
Primero es necesario contextualizar: ¿A qué juega el Liverpool de Klopp?
Los Reds desarrollan un ‘juego funcional’, que no es más que promover los espacios reducidos y reunir jugadores en torno al balón con el fin de conseguir al ‘hombre libre’ en el carril externo contrario al que se desarrolla la jugada. De tal manera, ese jugador en libertad, a través de la relación ‘tiempo-espacio’, se vuelve más peligroso y menos errático.
Klopp utiliza a Alexander-Arnold y Andy Robertson como sus hombres libres.
Con sus laterales, el Liverpool gana dos grandes aspectos en su juego: progresión por los carriles externos, pues ambos son rápidos y manejan gran técnica de conducción, y balones largos al espacio y/o al área. Porque sí, los dos tienen una magistral técnica de golpeo.
A su vez, ambos se posicionan como los principales artífices de las transiciones del equipo, ya que una vez el balón está orientado hacia la banda (donde son protagonistas) albergan la capacidad de enviar pases largos y avanzar muchos metros en pocos toques.
Guardiola, al igual que el rival de turno que tenga el Liverpool ese día, sufrió el poder de las alas de Klopp. No supo cómo frenarlas (como sí hizo el Manchester United, por ejemplo) y fueron los mismos dos jugadores quienes inclinaron la balanza. Otro día en la oficina.
Salah, Mané, Firmino… Tienen compañía. O sustitutos.