… Y la explicación de por qué no habrá títulos en unos años.
Chile fue la mejor selección de Sudamérica en el 2016. Ese equipo dominó el continente, superando en par de ocasiones a la mejor Argentina de los últimos años
La suma de varios factores, que no siempre se repiten, fue lo que produjo tales resultados: generación dorada en su mejor momento, técnicos repletos de conceptos, debilidad en ciertos grandes del continente y un poco de suerte.
¿Qué esperar de esta selección chilena?
Ningún título, al menos por ahora.
Reinaldo Rueda llegó con un claro objetivo: introducir el recambio generacional en la selección mayor. No por gustos, sino porque era necesario.
Así que, más allá de prolongar esos años de títulos y éxitos, en Chile entendieron que el tiempo de esa selección había pasado; las condiciones naturales así lo dictaron.
Entonces hicieron lo único que podían: intentar potenciar a los jóvenes.
El cambio no es fácil. Nunca lo es. Pero en el caso de Chile, la situación será un poco más compleja, pues esta generación emergente de Chile no es ni la mitad de lo talentosa que era la anterior.
Y esto no quiere decir que sea mala. Todo lo contrario; la anterior era demasiado buena.
No obstante, se mantienen algunos de los artífices de aquellos títulos: Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Gary Medel o Charles Aránguiz, aunque todos muy lejos de su mejor nivel.
¿En quien se confía ahora? Guillermo Maripán, Paulo Díaz, Erick Pulgar o Nicolás Castillo, por nombrar algunos.
Sí, la diferencia es enorme.
De igual manera, y para defensa de “los nuevos”, aún falta tiempo de cocción.
Ese tiempo también le servirá al mismo Reinaldo Rueda, técnico de grandes conceptos que todavía no logra dar con la tecla de esta selección. Básicamente, es cuestión de esperar.
Pero, además de aceptar. Aceptar que ellos no fueron los del 2016.
Ellos siguen siendo esto; una selección emergente con una buena base para trabajar. Poseen buena infraestructura y buen talento, pero no tanto como a quienes se cansaron de superar en aquellos años, Argentina.
La Copa América hablará.
Ah, y si quieren volver a saborear mieles de victoria, debe volver Eduardo Vargas.