La temporada pasada fueron unas de las revelaciones: semifinales de Europa League, idea de juego y un montón de piezas tan jóvenes como interesantes.
Esta temporada ha comenzado igual, con buenas sensaciones. Aunque con cierto toque especial.
Dos partidos, y dos victorias ante el Leipzig. Ese equipo que, por sus dueños, les quita muchas de sus piezas valiosas cuando las mismas ya están listas para el salto a una liga mayor. Los debilitan cada temporada.
El filial le ganó al primer equipo, dirán algunos. Nada más acertado.
Si bien el Leipzig no atraviesa su mejor momento, el Salzburg si lo hace. Mucha juventud en el plantel siempre genera irreverencia al rival, pero si esta es equilibrada con jugadores experimentados (caso de Junuzovic) el resultado puede llegar a ser grandioso.
¿Lo más importante de todo? El proyecto. Sin él, no serían nada. De hecho, ni el Leipzig lo sería.
Captación de jóvenes talentos
El sistema de scouting del Salzburg (y la mayoría de los equipos de Red Bull) es para admirar. Encuentran enormes talentos y por precios muy bajos, siempre con un margen de salida muy superior a tan solo meses.
¿La fórmula? Ojeadores en todo el mundo, en especial en ligas no comerciales. Han fichado jugadores sin actividad profesional, incluso.
Siembra y cosecharás. Ley de vida.
Confianza y desarrollo
La confianza en los jóvenes es un aspecto fundamental.
No solo fichar joyas es suficiente, hay que desarrollarlas. La filosofía de los clubes de Red Bull entiende que, con minutos y confianza, el jugador es aún más valioso. Así sea visto como solo un producto.
El Leipzig, por ejemplo, llegó a instancias finales de Europa League jugando con dos centrales de 19 años. El recambio tenía 20.
En Austria tiene su cantera, así que acá juegan con aún menos edad.
La pizarra de Marco Rose
Hay un hombre vital en todo el proyecto del Red Bull Salzburg: Marco Rose.
Un técnico diferente, arriesgado, ofensivo y con una idea de juego muy clara. Tan clara como para dominar el rival élite de la compañía… En dos ocasiones.
Fútbol del bueno, el que se juega bien; aquel que entretiene y resulta efectivo.
¿Futuro entrenador del Hoffenheim? No lo sabemos.
¿La cara del Salzburg? Sin duda alguna.