Lo que hace 5 años era impensado ahora es una realidad, un equipo con tanta historia en la liga inglesa como el Newcastle ahora pertenece a manos extranjeras. El fuerte golpe económico provocado por el coronavirus llevó al multimillonario británico Mike Ashley a vender el 80% del equipo a un fondo de inversión de Arabia Saudita.
El 20 por ciento restante del paquete accionario pertenece a Amanda Staveley y los hermanos Reuben. En cuanto se haga oficial la transacción, Yasir Al Rumayyan, un amigo cercano de Mohammed bin Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudita, será el nuevo presidente de las Urracas.
Con la salida de Ashley solo quedarían 5 equipos ingleses con dueños ingleses, el resto pertenece a extranjeros, solo el Tottenham, West Ham, Brighton, Burnley y Norwich mantienen la tradición.
Con 127 años de historia en manos de ingleses desde la inauguración del St. James Park Stadium, el campo sagrado de Newcastle vio pasar grandes estrellas Christian Bassedas, Jonás Gutiérrez y Fabricio Coloccini. La camiseta a bastones blancos y negros también fue vestida por quien es el goleador histórico de la Premier League, Alan Shearer, con 260 tantos.
Con este traspaso a manos árabes, los capitales extranjeros aumentan su posicionamiento en el fútbol inglés. Desde que el ruso Roman Abramovich compró el Chelsea en 2003 por 200 millones de euros más variantes. Empezó la colonización extranjera al fútbol inglés. Algunos son vistos como millonarios que ven en el fútbol a un “juguete” muy apreciado, otros invierten tras haber hecho grandes negocios en estados totalitarios, algunos buscan la gran vidriera mediática que ofrece el fútbol.
La mayoría de los presidentes de los equipos de la Premier League solo buscan diversificar sus negocios, no son dueños por pasión o porque les importe la historia del club, los jugadores acabaron con esa lealtad y amor al club por dinero. Se acabaron los “Totti” y ahora se acaban los presidentes que de verdad aman su club y más importante aún, aman el fútbol.