Cercano a la mitad de aquel camino denominado “la treintena”, Lionel Messi está demostrando ser un mortal; una persona común y corriente, como todas las que se ha encargado de superar y ridiculizar por más de una década.
En otras palabras, el argentino está viendo (y todos, de hecho) como ya no es el mismo.
Sigue siendo igual de impactante… cuando impacta. Porque ya perdió frecuencia de impresión.
Y es, cuando menos, lógico. La edad no pasa en vano. Pero es que Messi, además, nunca en su carrera ha sido un jugador al que le haya gustado rotar, siendo este uno de los aspectos que más influencia tienen en su versión actual. Cristiano, por ejemplo, para seguir siendo él, ha tenido que descansar varios minutos en múltiples ocasiones. El ‘10’ no ha llegado a esto.
Problemas con Messi y problemas alrededor de Messi
A su vez, no es que el FC Barcelona esté ayudando mucho al argentino.
En vez de encontrar un contexto potenciador donde su figura sea más buscada que artífice, el equipo de Quique Setién (y meses/años antes de Ernesto Valverde) es todo lo contrario: un equipo que necesita a Messi de principio a fin. El Barça es Messi… y ya.
Esto se traduce en presión, en cargas altas con más años a la espalda, en irregularidad dentro de rendimientos considerados “buenos” o “altos”… Hay un sinfín de factores.
Todo sin contar que, sin el balón en fase defensiva, Messi no aporta en lo absoluto.
Porque no, no corre, no presiona, no trata de cortar líneas de pase. No hace nada. Su función es, simplemente, ubicarse en pro a la dinamización post recuperación. Allí sí hace de todo. Pero cuando el Barça defiende, lo hace con un jugador menos.
Hablamos entonces de que Lionel Messi (sí, él) está siendo menos impactante con balón y absolutamente perjudicial sin él en fase recuperativa.
Eso no quita que el conjunto blaugrana aún no encuentre un hilo conductor por el cual desarrollarse, pero, sin dudas, es un factor a tener en cuenta a corto-mediano plazo.
Messi ya no es el mismo.
¿O alguna vez pensaron que la edad no pasaba factura?