Comienza una nueva aventura en Colombia. Veamos qué tiene.
Tras un paso más que exitoso -porque el éxito no se mide en títulos- por la selección de Irán, Carlos Queiroz llega a la selección colombiana. Y con él llega un proyecto, aquello que tanto le reclamaban a José Néstor Pékerman.
A su vez, es necesario resaltar lo mucho que creció el universo de jugadores desde la llegada del argentino. En parte, este fue importante en el desarrollo de varios.
Ahora Queiroz tiene una misión: dirigir la orquesta, pero…
¿De qué género es esta agrupación?
El gran dilema no pasa por el sistema de juego, sino por la idea que emplee el nuevo entrenador.
Queiroz se conoce por ser un técnico defensivo, que no necesariamente signifique que se encierre atrás y apueste solo a salidas en velocidad. Con Irán no fue así.
Pero también es cierto que esta selección de Colombia no está ni cerca de ser como Irán.
Ahora hablamos de un combinado nacional de los más potentes en el continente, con piezas de sobra en cada posición y un muy buen nivel del futbolista promedio.
¿Propondrá más? ¿Se apoyará en la solidez defensiva? ¿Será un equipo mixto y balanceado?
Muchas preguntas que solo el tiempo responderá. Ahora es que comienza este reto.
Por otro lado, Queiroz deberá responder otras preguntas más específicas y estas no son más que jugadores en ciertas posiciones.
¿Una línea de volantes con Wilmar Barrios y más corte o un tipo como Gustavo Cuéllar para equilibrar la mitad buscando aportar en ambas facetas? Una que todos queremos saber.
Posiblemente sea Barrios. Tal vez la idea no cambie mucho. Pero sí pasa, al menos ahora, muy pocos se quejarán.
Colombia quiere cambios. No porque no le guste lo que tiene, solo que ahora entienden que puede ser mejores.
Ganaron ambición. Y ahora tienen todo para ser una potencia.
Centrales afianzándose en las principales ligas del mundo, laterales mejorando cada vez más, volantes de primer nivel, extremos en el top y delanteros goleadores… O alguna vez goleadores.
Nada mal, sin dudas.
Las esperanzas están puestas en Queiroz. Esta banda toca bien, pero siempre podría ser mejor. Veamos qué ofrece el nuevo director.