Hablamos mucho de Copa América, Eurocopa y Copa Africana. Debemos agregar una más.
El continente asiático, competitivo en cada ámbito profesional gracias a su disciplina, alberga un torneo de primer nivel que no debe pasar por alto. Juzgar en el fútbol se ha vuelto estúpido, y esta es una de las muestras.
2019 abrió con un torneo que dejó de ser seguido por scouts únicamente. Los asiáticos, de la mano de exportaciones y proyectos, confeccionaron un producto muy atractivo en la actualidad.
Señores, Heung-Min Son juega esta copa.
Y vaya que nos salvamos de perderlo dos años a este…
En la actualidad, Son es uno de los jugadores más determinantes dentro de la mejor liga del mundo. Los futuros “Son” podrían enfrentarlo en los próximos días.
Selecciones como Corea del Sur, China, Irán (y muchas más) están repletas de talento.
Pero… ¿Qué pasó? ¿Por qué antes no y ahora sí?
Los asiáticos, o los chinos precisamente, se caracterizan por copiar productos y ofrecer una réplica similar y más económica. Básicamente, eso hicieron.
En Asia se fijaron de los modelos exitosos que alberga el fútbol europeo: desarrollo de juveniles, difusión del producto y estructura profesionalizada. A partir de allí, partiendo con bases sólidas, vino una gran inversión.
Y el dinero siempre lo cambia todo.
El crecimiento tardó unos años. De hecho, aún está en la mitad del proceso. Sin embargo, ya se pueden observar resultados, más aún cuando las selecciones compiten entre ellas.
Aunque no se descarta que en ocasiones compliquen a una grande: Japón en el Mundial complicó a Colombia y Bélgica, por ejemplo.
Los jugadores no suelen tener un físico superior al común denominador; todo lo contrario. Por ende, y para mejorar todo, optan por practicar un fútbol ordenado.
Toques, repliegues con líneas sólidas, salidas en velocidad.
El fútbol asiático es espectacular. Y si no logras dormirte en algún partido malo que aún alberga… Te recomiendo este torneo.