El Nápoles pierde su segundo partido tras la reanudación de la Serie A, en condición de visitante en un partido donde hubo hasta tres penaltis, dos del cuadro parmesano y uno del napolitano. La victoria certifica la salvación para el equipo de D’Aversa, mientras que el de Gattuso, ya sin objetivos, volvieron a dar señales negativas a nivel ofensivo, como ocurrió con Bolonia y Udinese.
El equipo del Napolés tuvo que salir de inicio con Hirving Lozano de delantero centro, sin Milik (sancionado) ni Mertens (tocado y en el banquillo) y con Llorente ya fuera de la lista por lesión. Los locales también hicieron rotaciones, dejando fuera del once inicial a Gervinho y Kulusevski. El calor fue el principal protagonista de la primera mitad, en la que a los conjuntos les costó muchísimo subir el ritmo de juego.
Insigne tuvo la primera ocasión del partido y la desperdició en el área disparando contra Sepe, mientras que los del Parma rozaron el 1-0 gracias a un absurdo pase atrás de Allan, que Karamoh no aprovechó perdiendo el mano a mano con Meret, sin embargo, consiguió irse al descanso con ventaja gracias a un muy dudoso penalti debido a un ligero contacto entre Mario Rui y Grassi, anotado por Caprari.
El empate llegó nada más comenzar la segunda mitad, con otro penalti, el número 169 de este campeonato. En este caso llegó por un disparo de Fabián que golpeó a Grassi en el brazo, situación que con la nueva interpretación del reglamento causa penalti prácticamente en automático. Insigne la lanzó y esta vez batió a su amigo Sepe. En el tramo final del encuentro dieron emoción los duelos entre Kulusevski, que disputó la última media hora, y Koulibaly. En uno de esos, el sueco cayó en el área forzando otro penalti, que también causará mucha polémica. Lo lanzó él mismo, firmando el tanto de la victoria.
Los de Gattuso buscaron el empate hasta que se dio el pitazo final. Con esta derrota, el Nápoles se quedó séptimo en la clasificación mientras que el Parma es décimo.