La primera decisión que tomó el Real Madrid un día después de cerrar la frustrante temporada pasada fue anunciar la ampliación de contrato de Kroos hasta 2023. Con los rumores de una revolución en la plantilla sonando desde muchos meses atrás para solucionar la crisis deportiva, el club blindaba a uno de los jugadores más señalados por la mala campaña, el motor se había quedado sin diésel.
Seis meses después el Madrid ha ganado su apuesta por Kroos. El alemán ha resurgido con fuerza y se ha convertido en uno de los jugadores más en forma del Madrid, liderando la lista de los candidatos a salir al final de la pasada temporada que están recuperando su mejor nivel y que no han perdido su sitio en el once con Zidane. Kroos era titularísimo y lo sigue siendo por méritos propios.
El alemán ya dio una pista de sus intenciones en la propia rueda de prensa de su renovación: “He jugado cuatro años a nivel muy top y esta temporada un poco menos, no tan mal como queréis ver, pero peor que años anteriores. Sigo siendo feliz en el Madrid”.
Con Alemania consiguió el pasado sábado el billete a la Eurocopa, el único título que le falta. Junto a Neuer es el único superviviente de la vieja guardia y es que con Löw, nadie ha jugado más partidos (95) y ha anotado más goles (17) que el madridista contando con el doblete que firmó frente a Bielorrusia. Su último doblete había servido para sellar una de las noches más grandes en la historia de la selección alemana, cuando apearon a Brasil de su Mundial con ese humillante 1-7.
Kroos ha vuelto. Quizá en su mejor versión, esa que marca y asiste. Es el motor que impulso a los merengues y el líder de una renovada Alemania. Löw se rinde y Zidane sonríe. Era cuestión de tiempo que el balón volviera al 8, y el 8 a lo más alto del fútbol mundial.