La generación Sub-20 de Argentina asusta, otra vez.
Más allá de todo lo que suceda en la Superliga y la selección mayor, las inferiores argentinas siempre gozan de jugadores extraordinarios. Generalmente, sus procesos son exitosos.
Lo más importante es la cantidad de jugadores que llegan a selección. Aquellos que, casi siempre, aseguran un buen puesto en algún equipo europeo.
Si bien las inferiores son un ciclo, en Argentina también hay un ciclo fuera de ellas.
Con Fernando Batista como director técnico, los nuevos ‘pibes’ competirán en el Sudamericano de Chile Sub-20 para lograr un cupo al Mundial.
A día de hoy, son los únicos que pueden competir ante Brasil.
Almada, Lo Celso (el hermano), Balerdi, Maroni… Es ilusionante.
Basta con analizar y ver el porqué la generación argentina cada dos años es tan destacada y promisoria. El trabajo realizado en categorías menores es impecable.
¡Son el único país del continente con trasmisión televisiva en todas sus categorías!
El talento es natural. Ellos potencian a las figuras con trabajo constante. Es muy común que las categorías de reservas jueguen con la misma idea táctica que el primer equipo (lo ideal) y por eso diversos jóvenes debutan en primera división antes de tiempo.
Incluso los scouts se llevan a los chicos antes de debutar.
Algunos han debutado en la selección mayor antes de hacerlo con su club, como Mascherano.
A excepción de la ya mencionada Brasil -aunque en menor medida-, esto no se ve en ningún otro país del continente.
Venezuela tiene un buen proceso de inferiores, pero el gran problema es posterior. Y son un país en crisis. Poco se puede rescatar.
Uruguay ha logrado desarrollar las inferiores, incluso atraviesan un recambio generacional de la mejor manera.
Perú, Paraguay, Bolivia, Chile… El panorama para ustedes no luce tan claro.
Trabajar las inferiores cada día es más importante. Argentina lo demostrará en el próximo Sudamericano.
Ellos son un ejemplo continental… Hasta que crecen.