Manchester City festejó nuevamente en la Copa de la Liga de Inglaterra tras derrotar en los penales por 4-3 a Chelsea en el Estadio de Wembley, tras 120 minutos que cerraron sin goles.
Sarri, consciente de su delicada situación y con el 6-0 del último encuentro, se redujo en el planteamiento. Renunció a su estilo, a la posesión y al ‘nueve’ puro y le entregó los galones a Eden Hazard en vez de un Gonzalo Higuaín relegado en el banquillo que ni siquiera tomó un penal.
El City embotelló al Chelsea en su campo y apuñalaba los extremos sin la suficiente profundidad para hacer daño, perdiéndose en centros laterales, solo Agüero cazó uno para rematar por encima de la portería y estrellándose una y otra vez en Antonio Rudiger y David Luiz, lugartenientes de la zaga ‘Blue’.
Cuando el Chelsea se lo creyó y mordió arriba con el objetivo de robar la pelota y no tener que aguantar la fastidiosa posesión de los de Guardiola. Kanté y Hazard mostraron un nivel descomunal y si Pedro le pegaba al arco luego de una de las carreras de Hazard no hablariamos del City bicampeón. A Kanté no se le critica, fin del comunicado.
Una de las últimas jugadas trajo la polémica y el mal karma. Un resbalón de Rudiger provocó que Agüero se plantara en la frontal y sacara un disparo que fue bien atajado por Kepa, quien se quedó tocado en la jugada y Sarri decidió sustituirle.
Kepa se resistió a irse, contradijo al italiano y se quedó sobre el césped, para incredulidad del técnico, del público y de Willy Caballero. Sarri incluso amagó con irse del campo, instantes antes de que el empate diera paso a una tanda de penaltis con todas las cámaras apuntando al italiano y al meta español.
Kepa detuvo un penal y estuvo cerca de detener otro, Jorginho regaló el penal, David Luiz la estrelló en el palo. Y Manchester City campeón de la Capital One Cup.