El futuro de Venezuela podría ser brillante… En todos los sentidos.
El fútbol ha crecido en el país del mítico Juan Arango. En especial, en las categorías menores; donde un subcampeonato del mundo luce como resultado del trabajo realizado.
Y si te dicen que la final se perdió ante Inglaterra y por 1-0, la impresión es aún mejor.
Ahora, dos años después de aquella gesta, una nueva generación busca repetir uno de los principales objetivos: clasificar al mundial Sub-20. Esta vez en Polonia.
Lo mejor del caso es que cuentan con tres jugadores que ya participaron en el Mundial pasado. Uno de ellos es Jan Hurtado.
Tan solo una acción de 17 segundos ante Brasil sirvió para ver todo lo que tiene.
No, no es nada limitado. Así que imagínense todo lo que hizo.
Aceleración, zancada, cambio de ritmo, potencia, conducción, definición y muchas cosas más. En menos de 20 segundos. Es una máquina.
Tras un drama (algo bastante habitual en Venezuela) que lo mantuvo alejado de la cancha un año, el delantero forma parte de Gimnasia y Esgrima La Plata en la actualidad.
Aunque muy poco es lo que le queda allí.
Tras maravillar en el Deportivo Táchira, incluyendo la Copa Libertadores, ser tomado en cuenta para el Mundial Sub-20 sin ser de la categoría, brillar en la Copa Argentina con su club actual y asombrar a todo el mundo en el Sudamericano Sub-20, los europeos no han tardado en llamar.
La cifra es clara: 10 millones de dólares para llevárselo.
Si en su momento, apenas dándose a conocer en Táchira, se ofrecieron dos millones de dólares por él, pensar en esta cifra después de todo lo que ha hecho no es descabellado.
Por lo que, probablemente, se irá. Con mucha seguridad.
Así empezará a escribir una historia en la élite del fútbol mundial, porque puede y porque así será.
Él es la próxima joya venezolana.