Francisco Alarcón es un jugador problemático, y algunas cosas nunca cambiarán.
Podríamos decir que es tan buen futbolista como una persona problemática. Su entorno, generalmente, es tóxico. Y él es el resultado.
En ocasiones, ha tenido roces con la prensa por algunas de sus creencias… Bastante erradas, a decir verdad. Pero así es Isco, va y pelea por aquello donde está errado.
En la actualidad parece ser el enemigo público del Santiago Bernabéu.
Con el español no hay grises; cuando está en un momento admirable, todos los alaban. Pero cuando no, tal y como sucede por estos días, es el principal señalado. Pitos, burlas, ensañamientos y demás.
Tácticamente, su tenencia excesiva de la pelota tiende a volver lento el juego.
Dentro de un estadio que añora el traslado explosivo y los ataques incisivos, esto no cae bien. Sin embargo, es peor aún cuando tras tomar el balón no decide bien y acaba perdiéndolo.
Allí inicia el debate.
También perdió la confianza de Solari, el entrenador. Y que el técnico en el que menos se ha confiado por mucho tiempo, pierda la confianza en ti….
No, para nada es un buen indicio.
Podría ser el principio del final. El inicio de una etapa oscura que acabará con Isco afuera del Real Madrid. Aunque eso signifique perder a uno de los jugadores más talentosos, y no solo eso, sino también verlo reforzar a algún competidor directo.
Sin ir muy lejos, Isco sería un refuerzo ideal para el Barcelona. Además, es hincha.
El rechazo al jugador claramente tiene que ver con esto también. El fanático merengue poco deja pasar estos acontecimientos en las horas difíciles.
Aflora su verdadera personalidad, digamos.
¿Existe alguna solución a corto plazo? No sabemos.
Mientras el futbolista no vea acción -y en su lugar entre Brahim con tres días en el club- será imposible determinarlo.