El Arsenal, por medio de un acuerdo, ha comunicado que el jugador armenio no jugará la final de la UEFA Europa League que se llevará a cabo en Bakú.
Sí, los amigos de FIFA Y UEFA aún tienen mucho (o demasiado) que mejorar.
La organización de la Europa League siempre ha tenido detalles, desde que se llamara Copa UEFA, incluso. Pero lo de esta edición ha sido mucho peor que los años anteriores.
Y a todo esto sumar que la Champions tiene VAR y ellos no…
Pero, en fin, ¿por qué Henrikh Mkhitaryan no puede viajar a Bakú?
El fútbol y la política
El fútbol se profesionalizó gracias a movimientos geopolíticos y, con su desarrollo, se ha afianzado como uno de los principales productos económicos a nivel mundial.
Ni cerca de lo más alto, pero mucho más alejado del fondo.
Las razones que impiden al jugador del Arsenal viajar a Bakú son netamente políticas. Armenia y Azerbaiyán no poseen relaciones diplomáticas y esta sería la principal razón por la cual el armenio no estaría “seguro” en la final de la Europa League.
Algo de locos, ¿no? Y no nos referimos a lo de las relaciones diplomáticas…
A su vez, esto va de la mano con que en el aeropuerto de Bakú solo pueden confluir 15.000 personas al día y, por ende, solo 7.000 entradas han sido repartidas para cada equipo finalista.
Arsenal y Chelsea, dos ingleses y clásicos rivales.
El estadio no tiene absolutamente nada que ver en tal decisión. Habrá 48.000 (o más) asientos para el público local, lo que hace esta decisión de la FIFA aún peor.
¡¿Qué rayos hace una final jugándose en Bakú?!
Es una falta de respeto no haber previsto escenarios donde los potenciales equipos finalistas pudiesen gozar de la mayor comodidad posible. De hecho, esto es irreversible.
Claramente, el Arsenal comenzará el partido en desventaja.
Aquí el debate no es qué tanto pudiese aportar el armenio a la idea de juego, sino el porqué no se podrá contar con él; las razones por las que se limita a un técnico, sin necesidad alguna.
Muy mal, FIFA. Muy mal, UEFA. Otro capítulo al libro de las vergüenzas.