La Copa del Rey criticada por ofrecer partidos desiguales sirve como oportunidad para que esos jugadores olvidados se reivindiquen y las jóvenes promesas se muestren en el primer equipo. Un torneo que en los últimos años ha ganado importancia debido al duopolio ejercido por el Real Madrid y Barcelona en la Liga.
Solari aprovecho la ventaja de 4-0 de la ida contra el Melilla para hacer jugar a jóvenes como Vallejo, Javi Sánchez, Francisco García y Álvaro Fidalgo. Además de darle el brazalete de capitán a Isco y acabar con la polémica que lo rodeaba.
El malagueño comenzó su novela luego de no ser convocado contra la Roma y unos supuestos roces con Solari que a nadie le quedan claro si sucedieron o simplemente fueron decisiones puntuales. Una foto recorrió las redes sociales poniendo el foco en un posible sobrepeso de Isco. El jugador respondió de manera contundente con otra en la que lucía músculos y abdominales. Sumandole los dos goles conseguido contra el Melilla podemos dar por terminado el caso Isco.
El tridente presentado por el Madrid en copa es la envidia de cualquier equipo de Europa. Asensio, Vinicius y Mariano protagonizaron el ataque en un partido que terminó con marcador de tenis (6-1) solo Mariano no pudo reivindicarse, sin acierto y con lesión, no pudo terminar peor su momento copero.
Fue un partido cómodo donde los blancos lucieron y gustaron, algo que no pasaba en el Bernabéu hace tiempo. Vinícius anotó su primer tanto con la camiseta blanca. Volvió a brillar Marcos Llorente, bien escoltado por Fede Valverde. También se estrenó Javi Sánchez con un gol, debutaron Fran García y Fidalgo, y hasta el Melilla firmó su histórica visita con un gol final de penalti para decorar el tanteador. Su guerra está en conquistar el ascenso. Tienen madera para lograrlo.