Houston dejó de tener problemas. Florentino Pérez los heredó.
Hace pocas semanas todo parecía estar bien, o al menos más tranquilo. Si bien el resultado contra el Eibar fue importante, todos sabían que esas cosas podrían suceder con la llegada de Solari.
No es una temporada para títulos. Los últimos años pueden servir para un breve “descanso”.
Pero, lastimosamente siempre hay un “pero”. El CSKA goleó en el Bernabéu, y eso nunca pudo haber pasado. De hecho, fue la goleada más abultada en la historia internacional del Real Madrid.
Justo ahora, justo con Solari al mando.
Sin restar méritos al equipo ruso, este artículo no es para ustedes. Tienen una buena generación de jugadores jóvenes, albergaron un mundial, pero generan pocas visitas.
El problema es directamente con el equipo blanco.
¡¿Qué carajos pasó?!
El Madrid salió con un equipo claramente suplente, aunque también muy capaz de golear a casi cualquier rival que pudiese enfrentar. Benzema, Isco, Asensio, Marcelo.
Un aspecto importante: la defensa. Jugaron Vallejo y Javi Sánchez. Un suplente y un canterano debutante. Hubo dos goles por su culpa, y es completamente entendible.
Incluso al final del primer tiempo, perdiendo 0-2, las sensaciones eran buenas. El equipo se asociaba, mostraba automatismos y Vinicius dejaba buenos detalles.
Por cierto, mejora tu toma de decisiones, joven. Llegarás lejos.
El desastre llegó en la segunda mitad. El equipo no mostró nada y encajó otro gol. Ya era un 0-3 y los abucheos no tardaron. La cara de Solari demostraba poca capacidad de cambiar la situación.
Apareció un objetivo a todo lo malo: Isco. Había una carga especial, aunque negativa, con él.
Entró Bale, no cambió nada. Incluso se lesionó.
Y todo, por un momento, se detuvo. Un partido evidenció fallas, inconformidades y molestias que se han intentando callar con el pasar del tiempo.
Ahora nada es seguro. No se sabe que pasará.
Pero el Madrid, en medio de malos momentos, es más candidato que nunca.