El ciclo de Gonzalo Higuaín con la selección argentina llegó a su fin.
“Mi ciclo en Argentina está terminado para la alegría de muchos” fueron palabras que sellaron el anuncio del “Pipa”. Y nada más acertada que esa frase. La misma también sirve para recordar lo retorcida que está la sociedad.
Higuaín es uno de los mejores delanteros del mundo. Su carrera no es menos que espectacular, pero está manchada por fallos en instancias decisivas.
Fallos, como todos lo hacen, pero fallos. Eso, erróneamente, lo condenó.
Demuestra que, no importa lo que hagas, no importa que logres dar el salto de River Plate al Real Madrid y ganes la posición a Karim Benzema, no importa tu exorbitante cantidad de goles, no importa nada; solo recordarán aquello “malo” que hiciste.
Y eso nos lleva a otra pregunta: ¿fallar una ocasión en un partido de fútbol te hace malo?
Imagina al nivel que hemos llegado como sociedad…
Ver partir a Higuaín es una lástima
Si aquellos que estudiamos el fútbol a profundidad tuviésemos que definir en una palabra el retiro de Higuaín de la selección albiceleste, esta sería “lástima”.
Una lástima que un gran delantero (y mejor goleador) acabe su carrera en la selección de esta manera. Una lástima que la soberbia de los argentinos haga que pierdan una pieza de valor único. Una lástima que esta sociedad sea la que domine.
No obstante, hay un ganador: el mismísimo delantero.
Gonzalo tiene ahora compromisos más importantes, como el Chelsea. Sacar el peso de Argentina puede ayudar a centrarlo más en un buen rendimiento dentro de la Premier League. Al final del día, es lo único que queda.
Con todos los cambios que llegarán a los “Blues” esto último será más importante de lo que creemos.
Entonces, si hay un gran ganador… Sí, también hay un perdedor: Argentina.
Alejaron uno de los mejores delanteros del mundo, también alejaron al mejor jugador del mismo y no convocan al que posiblemente tenga mejor actualidad. Es extraño, ilógico y super estúpido.
¿El recambio al menos llegará a esas finales que tanto cuestionan no haber ganado?
Sí, así de retorcido es esto. Bienvenidos al fútbol argentino. Este capítulo podría llamarse “el comienzo del gran declive”.