Líder de Senegal, referente de Liverpool e incomprendido por el medio.
Sadio Mané es un jugador extraño, atípico. Un africano que pudo afianzarse en la élite, pero que en ocasiones no recuerda porqué. Y en ocasiones importantes, para ser precisos.
Hay goles, hay asistencias. Hay un aporte importante de Sadio Mané, pero no más.
Y para ser recordado cómo uno de los mejores, el aporte debe ir más allá de las estadísticas. Eso lo muestra el senegalés por tramos, mientras que en los tramos restantes no.
¿Exactamente qué hace Mané en el Liverpool?
Es difícil de responder. No tiene una clara función, pero allí está siempre.
Algunos dicen que su aporte llega por la cantidad de oportunidades que recibe, cosa que no es descabellada. Pero esa no pareciese ser la explicación. Todo va más allá.
Incluso tocamos un tema sociopolítico al hablar de su rendimiento…
Sadio es un jugador de suma importancia en el Liverpool, pero el medio lo ve y juzga/evalúa con otros ojos. Es decir, se espera algo distinto de él a todo el equipo.
Quizá, no se está preparado para ver un extremo africano jugando todos los partidos en un club histórico sin que este sea estrella.
Estrella, figura, jugador exótico, goleador…
Este es un africano distinto, más analítico. Pese a que posee las condiciones y características de los del sur del continente, ha entendido el juego de una manera distinta.
No solo suma en los números, sino que construye juego desde la banda.
Además, no es tan driblador como los editores de video esperan. Eso influye.
Las críticas provienen del desconocimiento y la ignorancia a ciertos patrones del fútbol actual, que no pueden ver a Sadio Mané como uno de los grandes referentes de la época.
El análisis general de fútbol no ha llegado tan lejos aún, no es su culpa.
Pero, si buscaran un poco más, ya quisieran estar entre grados con Sadio Mané.