En la plantilla del Barcelona los únicos intocables son Messi, Ter Stegen y De Jong que fue la última compra de peso que hizo el conjunto culé, los demás están en la cuerda floja, no saben si seguirán con el equipo o serán comerciados. Lo que genera un ambiente de incertidumbre en los vestuarios azulgranas.
El Barça necesita dinero para completar las operaciones que deben hacer para reforzarse y, además de los jugadores ya mencionados, sólo Piqué, Ansu Fati y Griezmann parecen también intocables por ahora. El club quiere convencer al Inter en la operación Lautaro incluyendo a jugadores, pero ya son varios los motivos por los cuales se ha caído el acuerdo. Al chileno Arturo Vidal no le quiere Antonio Conte por alcohólico, mientras que en el caso de Ivan Rakitic ha sido el croata quien se ha desvinculado de un posible futuro en la Serie A. “Me hubiese gustado que en alguna ocasión alguien del club hubiese salido a decir que me quedaba para acabar con los rumores”, dijo Rakitic, uno de los jugadores más duros contra el presidente Bartomeu.
El Barça ha puesto en el mercado a algunos veteranos de guerra, como Rakitic, Neto o Arturo Vidal, pero también a muchos pollitos que le ha costado madurar como: Todibo, Dembélé, Wagué, Junior… Nadie se escapa de la posibilidad de ser traspasado. La economía ahoga a la entidad y busca en el vestuario su principal fuente de ingresos. Los jugadores, aunque la institución no les haya comunicado directamente que son transferibles, saben que sus trayectorias están lejos del Camp Nou y que dependerá de las ofertas que lleguen.
“Nunca se sabe cómo será el futuro cuando se es futbolista, pero espero estar en el Barcelona la próxima temporada. Dependerá de la ventana de transferencias. Es un período especial para los clubes y nadie está a salvo de nada, aunque espero quedarme”, reconoció Clément Lenglet en una entrevista.
Todos los jugadores azulgranas se sienten como el central alemán, sin nadie que les de la seguridad de donde van a jugar el siguiente año y con la intriga casi palpable en los vestuarios se hace imposible realizar un buen trabajo en los entrenamientos y parece que un motín pronto sucederá.