Ya hace casi un año de una de las noches más trágicas del equipo catalán y vaya que han tenido malas noches, pero la de Anfield aún resuena en la cabeza de los jugadores del Barcelona.
El equipo cayó en semifinales de Champions frente al Liverpool en Anfield, incapaz de defender el 3-0 de ventaja que traía del Camp Nou. Fue una derrota humillante y muy dolorosa porque se repitió la historia de lo que había sucedido hace un año en el Olímpico de Roma. El Barcelona creía que había aprendido la lección, los fantasmas de Manolas y compañía volvieron a atacar vestidos de rojo.
“Uno debe sumergirse profundamente en cuestiones de psicología para entender las causas de esta derrota”, dijo poco después Ter Stegen molesto por ser el único que salió a jugar esa noche por parte del equipo español. El cuarto gol de los británicos agarrando desprevenidos a todos sus rivales a la salida de un córner, fue una prueba del bloqueo mental que tuvo el equipo esa noche. “Hicimos un partido lamentable”, reconoció Leo. “Anfield es una pesadilla que perdurará en el tiempo”, dijo Piqué incapaz de meter la mano como otras veces hizo en Inglaterra.
“Fueron días, semanas, que a nosotros que nos encantaba llevar a los nenes al colegio, al fútbol, a actividades, lo sufrimos… Yo no quería salir de casa después de perder. Era muy complicado. Yo realmente la pasé mal, como la mayoría de los compañeros”, confesó Luis Suárez que lo sufrió el doble porque el Liverpool es su ex equipo.
El Barcelona ganó la liga ese año, pero perdió la copa del Rey frente al Valencia y la Supercopa se la llevó el Madrid en su nuevo formato. Sumándole los problemas de la directiva, el presidente y de la prensa. Toda la institución se vino abajo luego de la pesadilla de Anfield.