Sin culpables, pero con un ciclo cumplido; incluso estirado. Ya está.
Los debates sobre Messi y Argentina carecen de lógica en su mayoría. Dejaron de tener sentido. Todos son simplezas, desligadas al fútbol, que buscan resaltar una postura o la otra. Todo entra en un radicalismo.
Con Messi en la selección nunca hubo grises. Quizás lo único “gris” fueron algunas de sus actuaciones.
Pero ya está. El tiempo se agotó. La selección perjudica a Messi. Y él, sin quererlo o saberlo, tampoco ayuda a sus compañeros. Es hora de cambiar.
Libertad para los nuevos
Es un error querer armar un equipo en torno a Messi y no un equipo al que Messi pueda potenciar… Y potenciarse de él, a su vez. Literalmente, sí es un extraterrestre. Pero esto es la vida real y necesita un colectivo.
Xavi e Iniesta, Suárez y Neymar. El argentino siempre ha necesitado de buenos acompañantes.
Y es que la fórmula -aunque inexistente- es simple: mejorar el contexto, mejora todo.
No obstante, el error continúa. No solo los entrenadores u otros directos buscar armar ese equipo para Messi, sino que los propios jugadores también creen que deber ser así.
¿Alguien se ha preguntado qué piensa el “10” de todo esto? Probablemente, no.
Ni videos, ni declaraciones, ni halagos, ni reclamos de la prensa. Nada sirve. En busca de “potenciar” a ese salvador de los últimos años, se le termina exponiendo; dando una carga extra.
Y si algo se evidencia en Argentina es que las cosas ya están lo suficientemente mal.
Por ende, es hora de cambiar. Con o sin Messi, aunque pareciese ser más probable sin. Los nuevos necesitan libertad, necesitan mostrarse también.
Desarrollar su juego y buscar potenciar otra idea que no sea aquella que no beneficia a nadie.
¿Hace algo mal Messi en todo el proceso? No. Pareciese que incluso peca de bueno… Pero sí Argentina quiere salir de este bache, hay que derrumbar creencias que nunca ayudaron.
Además de convocar al Kun Agüero, claro está.
Los nuevos necesitan libertad. Messi necesita que su última imagen no sea esta; no puede ser la recordada. Y Argentina necesita ganar.